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Para hablar del querido sacerdote Fray Pastor de Puerres, Tobías Ruiz Benavides en la vida seglar, nada más oportuno y satisfactorio que dar paso a la brillante pluma de Fray Alfredo de Pasto. El Padre Alfredo, dice:
“Para el eximio Pedagogo Sr. Octaviano Revelo B., con el mejor cariño y admiración profunda por su asidua consagración a la formación integral de la niñez y juventud del Departamento”.
La Orden Capuchina, benemérita en el Sur de Colombia, nuestra amada patria, cuenta entre las páginas de su historia y relata brevemente la vida de un ilustre sacerdote Capuchino, gloria de la Orden y orgullo de Puerres, la patria chica que lo vio nacer:
EL R.P. PASTOR DE PUERRES
Nació este humilde, verdadero y auténtico hijo de San Francisco, el 8 de diciembre de 1893 en el Municipio de Puerres, Diócesis de Pasto, en aquel entonces; del matrimonio de Rafael Ruiz y María Benavides, siendo bautizado con el nombre de Tobías.
Hizo sus estudios en el Colegio Seráfico de Pasto y el 17 de septiembre de 1913 vistió el hábito de novicio en el Convento de Túquerres, haciendo la profesión simple el 18 de septiembre de 1914 y la solemne el 18 de noviembre de 1917. Terminados sus estudios de filosofía y teología con extraordinario aprovechamiento, el Excelentísimo Sr. Antonio María Pueyo de Val, Obispo de Pasto, le confirió el sacramento del Orden Sacerdotal el 30 de noviembre de 1921. Por sus dotes de inteligencia y su dedicación al estudio, la Obediencia lo destinó al Convento de Túquerres, a fin de que ejerciera el cargo de Profesor del Colegio “San Luis Gonzaga» fundado y regentado en ese entonces por el M.R.P. Bernardino de San Isidro. Estando en el fiel cumplimiento de este arduo y delicado deber de formar a la juventud estudiosa de Túquerres y de todo el Departamento, pues el Colegio tenía una muy merecida fama le sorprendió la muerte a los siete años de sacerdocio, el 3 de marzo de 1928, a consecuencia de una fiebre tifoidea contagiada por un enfermo a quien asistía espiritualmente.
Sobresalió por sus virtudes de bondad, humildad y sencillez franciscanas y por su ciencia; poseía especiales dotes para las matemáticas y la astronomía.
Como anécdota franciscana se cuenta que él, en las noches estrelladas del cielo, en la gran sabana esmeraldina de Túquerres, extasiado se mantenía largas horas contemplando el firmamento y estudiando la carrera luminosa de los astros y constelaciones que conforman el sistema planetario de aquel privilegiado rincón de nuestro departamento.
Gloria a Dios, gloria a nuestro Departamento y gloria a la población de Puerres, cuna de artistas, maestros, pensadores y santos!
Pasto, octubre 11 de 1986.