Pbro. Gabriel Huertas Figueroa

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  • Última modificación de la entrada:07/04/2024
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La vida de este ministro del Señor, compenetrado con el mensaje del Evangelio y eminente por su virtud y ciencia, fue una constante en la espiritualidad, en la hombría de bien y en la admirable fortaleza para sobrellevar los diabólicos combates que aspiraban distanciarlo de su ejemplar vocación religiosa.

Sus padres, Virgilio Huertas y Mercedes Figueroa de Huertas, educadores de verdad, desde que vino a la existencia el 17 de febrero de 1926, procuraron cultivar su afición por las causas nobles y sus abuelos y tíos paternos, especialmente Bolívar y Teresa, lucharon con denuedo y contestaron «firmes’ a los requerimientos de su formación sacerdotal que culminó victoriosamente en una Diócesis joven del Educador, que en la década de los años sesenta asomaba «atractiva para espíritus selectos como el suyo”.

La educación primaria la recibió en la escuela urbana de Puerres y El Contadero y la secundaria en el Colegio Seminario de los Padres Capuchinos de Pasto, quienes lo enviaron a Montevideo a una especialización teologal que no pudo terminar por quebrantos de salud, habiendo regresado al cuidado de sus tíos ya mencionados. Luego ingresó a la Comunidad de los Padres Oblatos en la ciudad de Quito y en el Seminario Mayor de la ciudad Colonial continuó los estudios de Filosofía y Teología alternándolos en la Universidad St. Meinrad de Estados Unidos, de donde vuelve armado y experto en ciencias teologales pero también acongojado por el egoísmo de personas que buscaban en el anonimato terminar con su vocación sacerdotal sin darse cuenta que Dios “la sostiene y la bendice en las diferentes épocas de la vida de un hombre”.

De regreso nuevamente al hogar de sus tíos paternos realiza jornadas increíbles en busca de su ideal, el sacerdocio. Viaja a Ipiales, Pasto, Popayán y Quito en demanda de ayuda moral y espiritual, hasta que venciendo no pocas dificultades llega a Guaranda, Ecuador, ciudad y Diócesis que lo acogen con cariño y en donde después de recibir las Ordenes Mayores, el 17 de julio de 1962, “tembloroso ante el Tabor del Altar donde Pontifica Monseñor Cándido Rada, sube para ser consagrado sacerdote eterno», según expresión del Padre Espinoza, hermano de sacerdocio de nuestro héroe y mártir Pbro. Gabriel Huertas Figueroa.

Su segunda Misa, llevada a cabo en el Templo Parroquial de Puerres, fue un acontecimiento religioso pocas veces visto en el amado terruño; bajo palio y en procesión ordenada, con asistencia de feligreses, familiares y amigos llegados del Ecuador y Estados Unidos, fue conducido por Monseñor Diógenes Díaz Rincón que sabía más que ningún otro de las virtudes y cualidades humanas, morales y espirituales del neosacerdote, que ya podía exclamar con la fe del cristiano: i Triunfamos Señor, Bendito seas!

Ya de sacerdote, dedicó su vida y sacrificio a la espiritualidad de las almas como Capellán del Hospital de Guaranda y luego como Párroco de Chimbo, donde le sorprende la visita del dolor que lo obliga a regresar a Guaranda para “entregar su alma al Creador en un sueño de niño la noche del 25 de octubre de 1963”.

La Diócesis de Guaranda, Ecuador, lamentó el deceso del Padre Huertas, en los siguientes términos:

«El Vicario General y la Venerable Curia Diocesana,

CONSIDERANDO:

Que el día 25 de los corrientes falleció en esta ciudad el virtuoso sacerdote Presbítero Doctor don

GABRIEL HUERTAS FIGUEROA

Miembro distinguido de nuestro Clero, Ex-Director de nuestro Semanario y que prestara grandes servicios en la Diócesis honrándola con sus virtudes y apostolado,

ACUERDA:

Expresar su dolor por tan sensible pérdida que priva a la Diócesis de tan eminente sacerdote. Unirnos al dolor que aflige a sus padres. Y ofrecer al cielo sufragios por el eterno descanso de su alma.

Guaranda, 3 de noviembre de 1963″.

 Revelo, O. (1986). Pbro. Gabriel Huertas Figueroa. En Vocación de un pueblo (pág. 29). Bogotá: Auge Impresores.