Crónicas de Puerres: Entre la historia militar, la fe católica y la herencia colonial

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  • Última modificación de la entrada:02/12/2023
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Aún parece que resonaran el redoble de parches, voces de clarines, en retirada unas veces y otras a la carga, a la bayoneta y todo entre ejércitos hermanos. Nunca se derramó tanta sangre en vano dice el padre Rafael Aguilera en sus «Relatos de Viaje». «Conocí la colina donde fue herido el General Rosas y vi la pieza en la cual murió, situada al lado occidental de la plaza del poblado. Igualmente vi en Córdoba el lugar donde está sepultado el cadáver del valiente Coronel Eliécer Payan; una cruz grande marca el sitio”.

 

Con relación a la asistencia espiritual de los sacerdotes de entonces, Otoniel Vergara y José Manuel Bravo, todos los cronistas y testigos oculares, están de acuerdo que fue altamente sacerdotal y caritativa. El padre Bravo dice en sus memorias: «Miré a Rosas tendido, al verme me saludó cortés y atento. (…)».

 

Rosas murió como todo un cristiano, añade el sacerdote, apretando contra su corazón el Santo Cristo, con fe y amor e invocando el nombre de la Santa Virgen María. Más allá del sigilo sacramental, nada se puede indagar, por eso el sacerdote Bravo, cierra la serie de respuestas con estas palabras: «Lo que pasó entre el penitente y el confesor sólo Dios es testigo; Dios que lo juzgó y me ha de juzgar a mí».

 

Es menester recordar, que Puerres es la cuna del genial artista de la música Pbro. Floresmilo Flores Figueroa, a quien el poeta Guillermo Payan Archer, llama «El frailecito de los cisnes», ojalá hubiera otro Frailecito de esa talla continental. Pero como Payan, siente alergias, por la frialdad del templo de Santiago y el ciprés del jardín, ningún honor le hizo a este ilustre hijo de Nariño con su artículo de marras, menos pudo bajarlo de su pedestal, alegando de la que no tiene culpa: la humildad de su nacimiento; no es la tierra, ni el ajado pergamino, lo que hace al hombre, sino que éste es el que da lustre a su tierra.

 

Históricamente hacia 1570, fue encomienda de Francisco Garces. En 1789, Puerres tenía una regular Iglesia en la que el doctrinero de Males, Juan Manuel Ordóñez, administraba el Bautismo. En cuanto a una historia seria y documentada, le encomendamos a un hijo ilustre de esta tierra y gran educador, Octaviano Revelo B. En su libro «Vocación de un Pueblo»: Puerres, ubicada en los pliegues sur-orientales de la cordillera andina en el departamento de Nariño, enmarcada por los municipios de Funes, Ilies, Contadero, Ipiales, Córdoba y la Intendencia Nacional del Putumayo, ayer martirizada por las malditas y sangrientas guerras entre connacionales pero al mismo tiempo forjadora de la paz en la parte meridional de Colombia a comienzos del presente siglo, como casi todas las poblaciones antiguas de la provincia de los Pastos. «Nació sin padre ni madre», pues, en 1576 aparece como anejo de Males, hoy Córdoba, desde donde la administraron por más de tres centurias doctrineros mercedarios, franciscanos y sacerdotes del clero diocesano, y encomenderos, escribanos, corregidores, caciques y gobernadores de todos los pelambres y condiciones.

 

En 1576 la aldea de Puerres, cuyo nombre deriva del cacique Puerres y no del conquistador Pedro de Puelles, como algunos han tratado de afirmar, estaba habitada por 229 indios, incluidas las encomiendas de Tescual y Canchala.

 

En 1773, Fray José González, religioso mercedario, cura párroco de Males, nombró como gobernador de Puerres a don Juan Canchala y seis años más tarde a don Francisco Chapuel, indios venidos de Pastas y Males, respectivamente, que tuvieron que enfrentarse duramente a los indios Guaranguayes y Cuasmayánes en defensa de los territorios bajo su mando, «sosteniendo que tales terrenos les pertenecían por derecho de herencia y por haber pagado los tributos reales en nombre de los demás indios”.

 

Debido a la religiosidad y fervor católico de sus gentes, hacia 1789 Puerres ya contaba con un templo que guardaba sabor a la época colonial donde llevaban a cabo los oficios litúrgicos los doctrineros del pueblo de Males, que con el correr del tiempo fue reemplazado por uno de estilo moderno en la administración parroquial de Monseñor Diógenes Díaz Rincón, templo donde se levanta la bella y portentosa imagen del «Señor de los Milagros», traída desde tiempos remotos de la madre España y cuya fiesta patronal se realiza con la mayor devoción y solemnidad posibles a mediados del mes de noviembre de cada año, con asistencia de los peregrinos llegados desde dentro y fuera del departamento de Nariño y la vecina República del Ecuador.

 

Por disposición del Obispo de la Diócesis de Pasto, Monseñor Manuel Canuto Restrepo, el 1 de enero de 1878, el Pbro. Ramón España entró a desempeñar las funciones de Vice Párroco de Puerres, siendo sucesores sus cohermanos Francisco Peña, Manuel Sebastián Mejía, Manuel S. Guevara, Manuel de la Portilla y José Antonio Chamorro, todos bajo la dependencia y asesoría de los señores curas párrocos de Males.

Fuente: http://www.diocesisdeipiales.org.co/index.php?option=com_content&view=article&id=631&Itemid=372