Fortalezas Incas en San Mateo

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  • Última modificación de la entrada:28/11/2023
  • Categoría de la entrada:Historia

Por: Isidoro Medina Patiño

 

Al explorar el área circundante a la “Ciudad prehispánica (que se presume incaica) de Chitarrán (Municipio de Funes, Nariño) el arqueólogo y los estudiosos de la Fundación Estanislao Merchancano, encontraron una serie de ruinas megalíticas en el corregimiento de San Mateo en el municipio de Puerres, ubicadas en la margen de los ríos Angasmayo y Guaitara y precisamente al Sur y al frente de Chitarrán. Esas curiosas construcciones en piedra en forma de murallas se extienden en todas direcciones, tal como se puede observar en Chitarran, lo cual hace pensar que fueron elaboradas por la misma cultura prehispánicas y por lo tanto hacen parte de un mismo complejo arqueológico, histórico y cultural. En las últimas semanas se ha venido estudiando, documentando y fotografiando esta línea amurallada que bordea y sube por la ribera y cuenca del rio Angasmayo que, como sea descrito en crónicas anteriores de esta página, fue el límite de la expansión de los incas hacia el norte de los Andes.

Para entender lo anterior, es bueno recordar que cronistas mestizos y españoles en los siglos XVI y XVII, documentaron prolijamente sobre la expansión del Tahuantinsuyo (o imperio inca) hacia el norte del actual Ecuador, dentro de los cuales merece destacar a: Miguel Cabello de Balboa, Pedro sarmiento de Gamboa, Marcos Jiménez de la Espada, Pedro Cieza de León, Pedro Arias Dávila, Garcilaso de la Vega, Felipe Guamán Poma de Ayala y Federico Lunardi entre otros.

 

Todos concuerdan en afirmar que el límite norte de la expansión llegó hasta el Rio Angasmayo (rio que divide el municipio de Funes y Puerres en Nariño) y que el último gran Inca Huayna Capac, llegó a estas tierras a dominar a los Pastos y Quillasingas, acompañado de su hijo bastardo Atahualpa y por un gran ejército compuesto por más de 20.000 hombres. Estos dos datos que nos reportan los historiadores de esa época, son vitales para entender los vestigios y construcciones que se encuentran en esta zona, veamos ¿porque?.

Cronista Pedro Arias Dávila

A finales del siglo XV y principios del XVI Huayna Capac (1.493-1525) durante su periodo como gran INCA, época que se identifica como la tercera expansión y caída del imperio, consolida la dominación en el Norte del actual Perú, Sur y costa del Ecuador e inicia la dominación del Sur de Colombia, proceso que no logró consolidar entre otros, por los siguientes motivos: Guerra entre Huáscar y Atahualpa por la sucesión del Incario, llegada de los españoles a costas Peruanas (Francisco Pizarro) y guerras con los Quillasingas y Pastos que opusieron resistencia.

Pintura de Huayna Capac

Ahora bien, para efectos de comprender los restos megalíticos de este sector es importante tener en cuenta que si hemos de creerles a los Cronistas citados, que el ejército de Huayna Capac y Atahualpa estaba compuesto por más de 20.000 personas que tenían el objeto de subyugar a los Pastos y Quillasingas, esta gente tenía que alimentarse y vivir en algún sitio definido. Es muy probable entonces que su sitio de acantonamiento fuera el sector de Chitarran (Funes) y San Mateo (Puerres) ya que estos dos balcones estratégicos están situados al lado y lado del del cañón del Angasmayo, desde donde se divisan los pasos del Guaitara y la gente que baja de las montañas de los actuales municipios de Iles e Imués en Nariño, ubicados al frente, convirtiéndose así en un sitio inexpugnable desde el punto de vista estratégico y militar.

Lo anterior podría explicar hoy en día, la cantidad innumerable de fortificaciones en piedra a los dos lados del rio Angasmayo (Chitarran y San Mateo) que le dan a esta zona un carácter especial desde el punto de vista patrimonial y cultural, a lo anterior hay que sumarle que Pedro Arias Dávila y Pedro Cieza de Léon afirman que Huayna Capac y/o Atahualpa fue enterrado en el lecho del rio Angasmayo, para lo cual la ingeniería inca había logrado desviar el cauce del rio y volverlo a su lecho normal luego de realizado el entierro. Estas, mas otras pruebas como la presencia de sayguas, apachetas, mojones y pucaras presentes en el área refuerzan esta premisa. Lo más probable entonces es que esta instalación prehispánica en San Mateo, dados sus fuertes rasgos incaicos y la presencia de un peñón al parecer esculpido con un rostro en el borde del abismo, forma parte del conjunto prehispánico de Chitarrán por lo cual este se convertiría en el gran COMPLEJO MEGALITICO Y CAMINERO DE CHITARRAN-SAN MATEO.

 

Además de las similitudes arqueológicas que se descubrieron se tiene que la documentación antigua nos informa que efectivamente Funes fue conocido primero como el pueblo de San Mateo de Chapal de Funes (luego Funes solamente) y que estaba situado en la sección de Chapal Bajo de ese mismo municipio. Al ser doble encomienda colonial, ya en 1559, dependió de los capitanes Juan Rodríguez Armero con 600 tributarios y Teodosio Hurtado con 160 tributarios.

Cara en piedra mirando ahcia el nacimiento del Angasmayo

Posteriormente, al ser abandonado el primer San Mateo o Chapal de Funes algunas de sus familias se trasladaron pasando el Angasmayo, al asentamiento que en el municipio de Puerres continuó con aquel nombre cristiano y en el sitio en donde, de acuerdo con la información disponible, antes de la llegada de los españoles existía un pueblo llamado Chapal, pero con la aclaración de que se trata del Chapal de Puerres, el cual fue encomienda de Vicente Rodríguez con 130 tributarios en 1559. 

 

Puerres, por su parte se conoció inicialmente con el nombre del cacique que allí hallaron los españoles y, después, con el nombre de San Pedro de Canchala o simplemente Puerres, encomienda que fue de Francisco Garcés con 102 tributarios en el año de 1571, y el más antiguos asentamiento se encontraba cercano a la actual cabecera municipal.