Oleoducto Trasandino cumple 40 años (2009)

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  • Última modificación de la entrada:14/12/2023
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La historia de esta megaobra es, en parte, la de toda la extracción petrolera del sur del país. Su nombre ha representado para muchos desarrollo. Uno de sus obreros recuerda lo que significó.

 

Por: Redacción El Tiempo 17 de mayo 2009.

 

En un pico de la cordillera Central, en el caserío de Monopamba, de Puerres, Nariño, Maximiliano Benavides Cuaspúd, de 68 años y cabellos blancos, señala, desde la ventana de su casa de bahareque, un tubo de color gris que atraviesa las montañas.

 

El tubo es un tramo del oleoducto Trasandino (OTA), terminado por la compañía Texas, «con más de 2.000 obreros, el 10 de mayo de 1969», cuenta Maximiliano, orgulloso, tras advertir que él fue uno de ellos.

 

Aunque Maximiliano era solo un obrero, al que le pagaban 2 pesos con 90 centavos la hora de trabajo por cargar piedras y arena, quizá nadie como él en Monopamba conoce la historia de esta megaobra.

 

El OTA, que atraviesa 305.6 kilómetros de selva amazónica, desde Putumayo, hasta Tumaco (Nariño) transporta 25.000 barriles de petróleo diarios, que proviene de los 115 pozos de Putumayo.

 

Gracias a él, Putumayo recibió, solo en 2008, 118.018 millones de pesos en regalías.

 

La travesía

 

Construir esa infraestructura, considerada la más grande de Latinoamérica, fue una tarea titánica, recuerda Maximiliano. Dice que las primeras barcazas cargadas de equipos y técnicos llegaron por el río Amazonas, desde Perú, hasta Puerto Asís, Putumayo, en travesías que tardaban meses.

 

Esa versión la corrobora un estudio de la Corporación Horizonte, que agrega que, también llegó maquinaria por el puerto de Tumaco, Nariño, en grandes buques, que descargaron más de 6.000 tubos para la construcción del oleoducto y maquinaria pesada.

 

Pero por las condiciones del terreno fue necesario usar avionetas y helicópteros para bajar la tubería y las estructuras de las torres de hasta 30 metros de altura. Transportaron 200.000 toneladas de carga y medio millón de pasajeros en 249.142 vuelos.

 

«Eso era como el fin del mundo, eran aparatos gigantes y blancos a los que llamábamos ‘calaveras’ «, dice María de los Ángeles, esposa de Maximiliano.

 

El desengaño

 

Pero no todas las historias fueron buenas. Según una investigación sobre la Superintendencia de Orito, «en las últimas décadas esta ha sido víctima de constantes incidentes y ataques a su infraestructura, generados por grupos organizados ilegales».

 

Habla de las Farc y los atentados contra oleoductos, tanques y estaciones. El año pasado, por ejemplo, desapareció una de las estaciones del OTA, llamada Páramo, luego de un cruento ataque de esa guerrilla. (El último año hubo 29 atentados, según cifras oficiales).

 

Eso, además de casos de corrupción en el manejo de los millonarios recursos de regalías. Para mencionar solo el caso más reciente, Orito debió tener congelados el año pasado sus recursos por regalías durante 128 días, por presuntas irregularidades.

 

En el 2007, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) ya había advertido que en Putumayo «se presentaba incumplimiento en destinación obligatoria de regalías; financiación de gastos de funcionamiento con regalías (prohibido por la Ley); y ejecución negligente de proyectos (sobre costos, no licitación pública, vulneración principio transparencia)».

 

No obstante, dice el representante a la Cámara por el Putumayo Guillermo Rivera, «no se necesitan muchos análisis para saber que se han manejado mal los recursos de regalías. Sólo un indicador: ninguno de los 13 municipios de Putumayo tiene agua potable».

 

Pese a los problemas, por los malos manejos de las regalías, el oleoducto sigue siendo, quizás, una de las esperanzas del departamento. Porque, pese a la llegada de contratistas foráneos, aún más del 60 por ciento de la fuerza laboral del oleoducto y de los pozos es de la región.

 

Y, porque pese a cualquier prevención, las otras bonanzas (que además eran ilegales) ya pasaron, y el petróleo sigue corriendo por el trasandino, que señala Maximiliano desde su ventana.

 

6’867.589 barriles de petróleo fue lo que transportó el oleoducto el año pasado. Gracias al Trasandino, en el mismo 2008 el departamento de Putumayo recibió 118.018 millones de pesos en regalías.

 

JORGE ELIÉCER QUINTERO

ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO*

PUERRES, NARIÑO

*Con invitación de Ecopetrol