La
historia de esta megaobra es, en parte, la de toda la extracción petrolera del
sur del país. Su nombre ha representado para muchos desarrollo. Uno de sus
obreros recuerda lo que significó.
Por:
Redacción El Tiempo 17 de mayo 2009.
En
un pico de la cordillera Central, en el caserío de Monopamba, de Puerres,
Nariño, Maximiliano Benavides Cuaspúd, de 68 años y cabellos blancos, señala,
desde la ventana de su casa de bahareque, un tubo de color gris que atraviesa
las montañas.
El
tubo es un tramo del oleoducto Trasandino (OTA), terminado por la compañía
Texas, «con más de 2.000 obreros, el 10 de mayo de 1969», cuenta
Maximiliano, orgulloso, tras advertir que él fue uno de ellos.
Aunque
Maximiliano era solo un obrero, al que le pagaban 2 pesos con 90 centavos la
hora de trabajo por cargar piedras y arena, quizá nadie como él en Monopamba
conoce la historia de esta megaobra.
El
OTA, que atraviesa 305.6 kilómetros de selva amazónica, desde Putumayo, hasta
Tumaco (Nariño) transporta 25.000 barriles de petróleo diarios, que proviene de
los 115 pozos de Putumayo.
Gracias
a él, Putumayo recibió, solo en 2008, 118.018 millones de pesos en regalías.
La travesía
Construir
esa infraestructura, considerada la más grande de Latinoamérica, fue una tarea
titánica, recuerda Maximiliano. Dice que las primeras barcazas cargadas de
equipos y técnicos llegaron por el río Amazonas, desde Perú, hasta Puerto Asís,
Putumayo, en travesías que tardaban meses.
Esa
versión la corrobora un estudio de la Corporación Horizonte, que agrega que,
también llegó maquinaria por el puerto de Tumaco, Nariño, en grandes buques,
que descargaron más de 6.000 tubos para la construcción del oleoducto y
maquinaria pesada.
Pero
por las condiciones del terreno fue necesario usar avionetas y helicópteros
para bajar la tubería y las estructuras de las torres de hasta 30 metros de
altura. Transportaron 200.000 toneladas de carga y medio millón de pasajeros en
249.142 vuelos.
«Eso
era como el fin del mundo, eran aparatos gigantes y blancos a los que
llamábamos ‘calaveras’ «, dice María de los Ángeles, esposa de
Maximiliano.
El desengaño
Pero
no todas las historias fueron buenas. Según una investigación sobre la
Superintendencia de Orito, «en las últimas décadas esta ha sido víctima de
constantes incidentes y ataques a su infraestructura, generados por grupos
organizados ilegales».
Habla
de las Farc y los atentados contra oleoductos, tanques y estaciones. El año
pasado, por ejemplo, desapareció una de las estaciones del OTA, llamada Páramo,
luego de un cruento ataque de esa guerrilla. (El último año hubo 29 atentados,
según cifras oficiales).
Eso,
además de casos de corrupción en el manejo de los millonarios recursos de
regalías. Para mencionar solo el caso más reciente, Orito debió tener
congelados el año pasado sus recursos por regalías durante 128 días, por
presuntas irregularidades.
En
el 2007, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) ya había advertido que en
Putumayo «se presentaba incumplimiento en destinación obligatoria de
regalías; financiación de gastos de funcionamiento con regalías (prohibido por
la Ley); y ejecución negligente de proyectos (sobre costos, no licitación
pública, vulneración principio transparencia)».
No
obstante, dice el representante a la Cámara por el Putumayo Guillermo Rivera,
«no se necesitan muchos análisis para saber que se han manejado mal los
recursos de regalías. Sólo un indicador: ninguno de los 13 municipios de
Putumayo tiene agua potable».
Pese
a los problemas, por los malos manejos de las regalías, el oleoducto sigue
siendo, quizás, una de las esperanzas del departamento. Porque, pese a la
llegada de contratistas foráneos, aún más del 60 por ciento de la fuerza
laboral del oleoducto y de los pozos es de la región.
Y,
porque pese a cualquier prevención, las otras bonanzas (que además eran
ilegales) ya pasaron, y el petróleo sigue corriendo por el trasandino, que
señala Maximiliano desde su ventana.
6’867.589
barriles de petróleo fue lo que transportó el oleoducto el año pasado. Gracias
al Trasandino, en el mismo 2008 el departamento de Putumayo recibió 118.018
millones de pesos en regalías.
JORGE
ELIÉCER QUINTERO
ENVIADO
ESPECIAL DE EL TIEMPO*
PUERRES,
NARIÑO
*Con
invitación de Ecopetrol