Escuela antigua

Se cuenta que, en épocas pasadas, nuestros mayores experimentaron arduas dificultades en los diversos centros educativos de la época. La mayoría de los alumnos acudían descalzos, lo que generaba condiciones precarias para sus pies, llegando incluso a sangrar. El dolor resultante era insoportable, y la angustia de transitar descalzos por las calles se volvía una experiencia desafiante.

Además de las penurias físicas, se enfrentaban a estrictos castigos tanto físicos como psicológicos por parte de los profesores. Estos educadores mantenían una disciplina rigurosa y utilizaban una vara de madera para castigar a aquellos estudiantes que desobedecían o no cumplían con las normativas. Este método severo tenía como objetivo enseñar lecciones contundentes.

En ese contexto, los estudiantes desarrollaban habilidades de memorización destacadas. Cada uno llevaba consigo una pizarra y una tiza, escribiendo y borrando para preparar la clase de la siguiente asignatura. Memorizaban con precisión todo lo enseñado, ya que debían dar lecciones sobre lo aprendido en la siguiente clase.

Contado por: Carlos Otelo