Este ilustre paisano pertenece a una familia de recias virtudes cristianas y de encomiable instrucción religiosa. Su innata franqueza, su abierta hospitalidad, su temperamento alegre y jovial, sus homilías dichas en el estilo sencillo de un párroco que habla a sus fieles con afecto y comprensión, dan una idea general de la vida meritoria del Pbro. Calvachi Huertas, conocido antes de secularizarse con autorización del Romano Pontífice, como Fray Lorenzo de Puerres.
Nacido el 20 de noviembre de 1908 en el hogar del señor Eliceo Calvachi y señora Rosario Huertas de Calvachi, desde los albores de la infancia pasó al cuidado de sus abuelos maternos, quienes procuraron proporcionarle la mejor educación; primero, en la escuela urbana del solar nativo, con planes y programas de seis años hasta ahora no superados, bajo la dirección de JUAN E. REVELO que, al decir de uno de sus biógrafos “no fue el Profesor teorizante y vacuo sino el educador sapiente y de vocación definida”, para ser luego enviado al Seminario Seráfico de Pasto, en donde después de haber superado los estudios teologales fue Ordenado Sacerdote en el Templo Conventual de Padres Capuchinos, por el Señor Obispo Diego María Gómez Tamayo el 12 de marzo de 1938, habiendo oficiado su primera Misa en su tierra materna dos días después de haber sido ungido ministro de Dios.
De hijo espiritual de San Francisco, trabajó como profesor en los colegios y seminarios de la Comunidad Capuchina en Pupiales, Tulcán, Ibarra, Pasto y Túquerres, ciudades que lo recuerdan con cariño y gratitud por los innumerables servicios prestados a la población estudiantil. Una vez obtenida la secularización para la Arquidiócesis de Cali, ha trabajado con gran apostolado como párroco en el Cairo, Buenaventura, Queremal, Ulloa, Vijes, Barrio Obrero de Cali y orientó los destinos parroquiales del corregimiento de La Buitrera en el Municipio de Palmira, alternando su apostolado con la ayuda espiritual y material a las gentes más pobres de los barrios marginados de la Sultana del Valle que hallan en el Padre Calvachi Huertas al amigo ingenuo y al médico caritativo que calma sus angustias, penas y necesidades.